Después de largos años de debate interno, Costa Rica ha tomado la decisión de reactivar su programa de inversión privada en infraestructura como parte de un esfuerzo por reactivar la economía en un entorno de restricciones fiscales y una limitada inversión histórica en infraestructura de transporte. En este contexto, es importante tener claro 5 puntos clave para el éxito de esta nueva ola de proyectos.
1. Horizonte de 4 años es insuficiente
Costa Rica ha optado típicamente por un modelo que se reinicia cada 4 años, que no permite el desarrollo adecuado de las etapas preparatorias y que no ha resultado más que en anhelos y sueños sin cumplir. Ahora tenemos la oportunidad de establecer una nueva visión en la cual los gobiernos no se evalúen por la cantidad de obras que inauguran, sino por el avance en la ejecución de acciones en línea con una planificación estratégica de largo plazo. Y esto no implica parálisis por análisis, sino ser realistas y empezar a caminar en serio. El nuevo paradigma debe ser construir las obras de hoy sin dejar de preparar los proyectos de mañana. Un ejemplo claro es la conexión Hacienda Vieja-Garantías Sociales (3 km). Mientras nos hemos enfocado en buscar soluciones “rápidas e inmediatas” (que resultan en nada), paralizamos el proceso de expropiación de terrenos. Hagámonos la pregunta, ¿qué sería de ese proyecto si desde que se realizó el estudio de factibilidad para la concesión San José-Cartago en 2001 el país hubiese mantenido un esfuerzo sostenido en los procesos de expropiación? o ¿Cuántos estudios de factibilidad han caducado (y se deben rehacer) por el hecho de no articular el desarrollo de los mismos con la puesta en marcha de acciones concretas de los proyecto?… Y la historia se repite en múltiples casos. Tenemos 2 caminos: nos auto-engañamos y seguimos igual o damos espacio a la técnica y las decisiones visionarias.
2. Hacer “zoom out” para una visión integral
La preparación y estructuración de los proyectos debe realizarse de manera integral, considerando su interacción en aspectos como demanda, tarifa, aportes/garantías que realizaría el Estado, etc. Por ejemplo, si para mantener la tarifa actual de la carretera San José - Caldera se determina que el Estado debería aportar US$100 millones, podríamos concluir que la cifra parece manejable…Claro analizando solamente ese proyecto. Pero si hacemos lo mismo en San José-Cartago, San José-Limón y además consideramos el aporte al tren eléctrico, las cifras podrían estar fuera de las capacidades del Ministerio de Hacienda y dar al traste con los proyectos trazados. Es decir, es clave que el programa de concesiones se planifique de manera articulada y no como una suma de proyectos aislados.
3. Tener claridad sobre la repetitiva discusión: Concesión, Fideicomiso, Fondos de Pensión…
Concesionarios, financiadores, fiduciarios, son todos actores vitales, pero NO son sustitutos uno de otro, pues sus líneas de negocio, su capacidad y sus objetivos son muy distintos. Si bien pareciera un elemento menor, esta confusión es uno de los temas que ha pesado más en la parálisis de los esquemas de concesión (APP) en Costa Rica. El rol de cada uno de estos actores es clave para que desde la etapa preparatoria se produzca un intercambio transparente que permita llevar al mercado proyectos comercial y financieramente viables. A quienes deseen ampliar en este tema, les invito a leer el artículo Fideicomiso & Concesión: 10 Premisas Clave.
4. Transparencia
El acceso a toda la información de los proyectos debe estar disponible y de manera clara para todos los ciudadanos. ¿Cuánto se invertirá en el proyecto? ¿Por qué del alcance del proyecto? ¿Cuánto espera ganar el concesionario y por qué? ¿Por qué la tarifa establecida? ¿Quiénes desarrollarán el proyecto? Esta y toda pregunta relacionada al programa de concesiones debe estar a la mano de todos los ciudadanos.
5. Posicionamiento internacional & fortalecimiento institucional
En la industria de las infraestructuras, como ocurre en la mayoría de los sectores de la economía, las competencia por atracción de inversiones es de alcance global. En este sentido, las empresas e inversionistas internacionales tendrán como primeras opciones en la región latinoamericana a países como Chile o Colombia, los cuales poseen un importante avance en su modelo de concesión (APP). Por su parte, naciones como Costa Rica deberán realizar un mayor esfuerzo para posicionarse en mercados internacionales que promueven concursos de licitación altamente competitivos.
Para lograrlo, el sector infraestructura costarricense debe tomar lecciones aprendidas y experiencia de la rama de comercio exterior y atracción de inversión extranjera, donde fuertes instituciones como el Ministerio de Comercio Exterior (Comex), la Promotora de Comercio Exterior (Procomer) y la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde), han permitido sostener en el tiempo una política de Estado y han logrado perfeccionar la forma de posicionarse en las principales ferias y eventos del mundo.
El camino no es sencillo, pero ya el país está dando los primeros pasos. Ahora queda en ciudadanos y tomadores de decisión el procurar una madurez que permita entender que los resultados serán positivos en tanto abramos espacios a las decisiones técnicas y una visión que supere los ciclos presidenciales.
Los proyectos
Carretera San José-Cartago: Corredor de aproximadamente 25 km (parte de la Ruta 2), clave para la conexión de San José con la provincia de Cartago, la Zona Sur y como un primer componente de modernización de la vía alterna para el transito de carga hacia la zona portuaria de Limón en el Caribe. Es importante señalar que Cartago es una importante zona agrícola y además alberga un significativo desarrollo de zona franca con actividades productivas de alto valor agregado. Uno de los elementos más importantes a resolver, es la conexión de la vía con la Ruta 39 (Circunvalación), tramo de unos 3km que poco avance ha visto producto de la visión de corto plazo en los procesos de inversión pública.
Carretera San José-Rio Frío: Esta sección de aproximadamente 70 km forma parte de la Ruta 32, principal vía de conexión con el Caribe y la zona norte. Uno de los elementos clave de este proyecto pasa por la solución a los cierres constantes y el peligro para los conductores en la zona que atraviesa el Parque Nacional Braulio Carrillo. La concesión podría incorporar la ampliación Río Frío - Limón la cual se desarrolla actualmente por medio de un crédito con el Eximbank de China.
Carretera San José Caldera: La Ruta 27 (77 km) es la única ruta concesionada del país y constituye la principal arteria de conexión entre el Gran Área Metropolitana (GAM) con el Puerto Caldera, el Pacífico Central y Sur y la provincia de Guanacaste. El proyecto de ampliación pretende ampliar la capacidad de la ruta, mejorar intercambios y solucionar algunos elementos geotécnicos.
Tren Eléctrico del GAM: Con más de 70km a doble vía, el proyecto busca brindar una solución al problema de movilidad urbana, conectando de manera expedita las ciudades de San José, Heredia, Alajuela y Cartago. Uno de los principales retos de esta iniciativa pasa por lograr una estructura que permita su viabilidad financiera en un entorno de importantes limitaciones fiscales.
Zona Aire Aeropuerto Daniel Oduber: Si bien el concesionario gestiona y asume los riesgos de la Terminal de Pasajeros, el contrato de concesión es exclusivo para dicha zona, excluyendo todo lo que corresponde al Lado Aéreo. Esto implica que es el Estado quien está a cargo de gestionar la pista, las calles de rodaje y las zonas de estacionamiento de aeronaves. Ante este panorama, se abre la posibilidad de incorporar al contrato de concesión la zona aire con el fin de realizar importantes inversiones requeridas y a su vez mitigar los riesgos que actualmente retiene el Estado.